lunes, 1 de diciembre de 2025

¿Intimamos?

No te quites la ropa, solo la prisa.

Mi invitación es a algo más silencioso que un encuentro, más duradero que un momento. Cruza conmigo el umbral de lo que se muestra y entra en la habitación donde se siente.

Intimar es un verbo lento, de pausa. Es la valentía de quedarnos quietos el tiempo suficiente para que la verdad aflore, sin el maquillaje de las expectativas. Es la luz tenue de la madrugada, cuando las sombras aún no saben mentir.

Sentémonos un rato sin actuar, dejando de ser la versión pulida y eficiente que el mundo espera o supone. Y hablemos, hablemos de esas grietas por donde se filtra la luz. De los miedos que susurramos solo a la almohada. De la ternura que nos da pavor mostrar por miedo a que se rompa.

Reconozcamos que el otro lado también está hecho de dudas y de esperanza. Es el instante en que dos vulnerabilidades conectan y se dan la mano.

Así que sí, te pregunto: ¿intimamos?

Acepta esta pausa. Siente el peso de tu propia existencia aquí, ahora. En este espacio compartido de silencio y café, la única regla es ser real.