Se despertó temblando, el contacto con el frío suelo hizo que se ubicara en su realidad, las luces apagadas, el silencio atronador…estaba agotada. Al incorporarse, casi cae de bruces al sentir mil agujas clavándose en su piel, intentó gritar pero de su seca garganta no escapó ni un susurro. Dolorida, hizo un esfuerzo para ponerse de nuevo en pie mientras pensaba en El. Le había fallado y debía ser consecuente con Su decisión.Secó sus lágrimas, se cubrió con la túnica que dormitaba a su lado y se fue, cerrando tímidamente la puerta sabiendo que debería esperar, cuando El deseara volver a usarla, a darle vida, cuando Su voz la estremeciera a la orden de “ven, Maravillas”.
Los días pasaron pesados, lentos. Su desesperación crecía, la angustia se aposentaba como el polvo, cadenciosa. Había enmudecido su risa y sus ojos iban perdiendo el brillo del primer instante.
Cada tarde, al caer el sol, se bañaba y perfumaba, deseosa de estar arreglada para El y esperaba de rodillas ante la puerta de su dormitorio con la esperanza de que su Dueño la abriese. Al anochecer, con las rodillas enrojecidas, se despojaba de sus esperanzas y dormía a los pies de la cama.
Pero sucedió, a la octava noche escuchó Sus pasos, el corazón latía desbocado, las mejillas le ardían, su cuerpo vibraba….
Entró sin ruido, acarició su cabello y le tendió la mano, “Levanta” le dijo “deseo ver tu cuerpo”. Así lo hizo, rápida, agradecida. El comenzó abriendo su boca, inspeccionando cada orificio, observando cada detalle, sus manos, su sexo, su culo, su olor. Al finalizar, le ordenó que se pusiera de nuevo en su posición, le colocó el collar y, tirando sin contemplaciones de la gruesa cadena, la sacó de la habitación…
El salón estaba frío, húmedo, ella lo sentía en cada poro de su desnudez. Con la cabeza agachada, con las ansias de complacer, tan solo esperaba una señal. El se sentó y con un leve chasquido de dedos, Maravillas se colocó a su lado, en el suelo.
Su Dueño le acarició de nuevo el pelo y le habló, con una suavidad que removía sus entrañas, “Quiero que conversemos sobre la otra noche. No me complació en absoluto tu actitud, te dejaste llevar por tus instintos sin recordar que tienes Dueño y que únicamente El puede permitir y controlar tu placer. Debiste ser consciente de tu entrega”. Calló un momento como calibrando los gestos de ella y prosiguió dulcificando aún mas su tono “Se cual es tu resistencia Maravillas, sabía que no podrías superar la prueba y en ella, querida, estuvo tu castigo. Aspiro a que entiendas la dimensión de lo que te ha sucedido y que en el futuro entiendas que toda tu, tus actos, tus palabras, tus defectos y virtudes, todo, ha pasado a ser de mi propiedad. Solo así podremos continuar nuestro camino de la mano. ¿Lo has comprendido?”.
Un escalofrío recorrió su espalda, era cierto, pudo detener aquella escena y siguió adelante, buscando su excitación, pensando solo en ella…
“Si mi Señor" dijo con voz firme.
“Bien, es una enseñanza mas para añadirla a tu crecimiento. Ahora abrígate, voy a contarte otra historia de tu admirada Yao” dijo El sonriendo satisfecho.
2 comentarios:
¿ Y no puede ser que Maravillas fallara voluntariamente?
¿ No fue una prueba para ella misma fallar?
Ajesus
Es una pregunta complicada Ajesus, no creo que ella juegue a ver si puede mas que su Dueño, de ser así, sabe que tiene la partida perdida. Mas bien descontroló lo que nunca se debe perder, su prioridad a la hora de saber a quién sirve y de quién es propiedad.
Un saludo
Publicar un comentario