miércoles, 18 de marzo de 2009

Reflexiones sobre un colchón

Llevaba tres días tirada en esa cama, atada, desnuda. Su cuerpo mostraba las marcas que horas antes habían castigado en la piel dejando finas líneas rojas. Gemía ante cualquier movimiento aunque no eran muchos los que podría realizar, tal vez era el entumecimiento de sus músculos lo mas doloroso o el sentimiento de abandono que se apoderaba a ráfagas de su corazón. "No pienses", se decía apretando los ojos con la triste intención de desconectar su cabeza, "no pienses", murmuraba con la intención de oír algún sonido. Le resultaba extraña, salía de su boca sin fuerza, seca, sin brillo. Miró a su alrededor con la esperanza de que algo hubiera cambiado pero no, no había luz en ese cuarto con olor a humedad y a una nauseabunda mezcla de comida agria, orines y heces. No deseaba tomar conciencia de su situación, había aceptado las condiciones de su entrega, sin límites, recordó....hacía ya tanto tiempo….
Comenzaba a tener frío, hundió la cabeza entre el hueco sudoroso de sus brazos esperando encontrar la calma olvidada. Fue cuando oyó el ruido de una llave, alzó la vista un segundo y se dijo: "no pienses".

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