miércoles, 25 de marzo de 2009

La gota

Una gota, incesante, molesta,
caía monótona. La escuchaba
cada amanecer y entre sus pesadillas
firme, plass, plass, plass,
hora tras hora, martillo en su cerebro.
Miraba el techo esperando encontrarla
pero sola una bombilla habitaba
y seguía retumbando en su oído
plass, plass, plass, aburrida.
Una mañana escuchó el vacío
sintió extrañeza, cierto desconsuelo,
algo no estaba donde debía
no cuadraba, agudizando sus sentidos
dio vueltas en la cama,
al fin, despertó
era ese plass que la perseguía
se había esfumado, sonrió.
Pero … se miró y ahogando un grito
suspiró,
la gota había taladrado su cuerpo,
de lado a lado, un agujero
redondo y tremendo
trasparente su vida, toda ella cristal.

No hay comentarios: