III
MI MUCHACHA salvaje, hemos tenido que recobrar el tiempo
Ruego no me dejes sin tu aliento,
sin el roce perverso de tus dedos,
sin la caricia que me sacia,
sin tu fuego.
Suplico no me dejes sin tu mirada,
sin el rastro que desnudo va quedando,
sin el miedo que me calmas,
sin tu deseo.
Y de rodillas imploro
no me expulses de tu infierno
para volver a un mundo muerto
que se secan mis labios
si no bebo, ansiosa,
de tu cuerpo.
Te he visto en sueños en mi lecho
y era como si tu brazo mullido fuese mi almohada,
era como si me abrazases y sintieses
el amor y el desvelo que yo siento,
es como si te besase los labios, la nuca,
las mejillas, y lograse mi deseo.
¡Por tu amor!, si no me visitase tu imagen
en sueños, a intervalos, no dormiría más.
Ibn Zaidún
Arrópame con tus besos,
Tengo frío y estoy terriblemente aburrida, hace unas cuantas horas que espero. Frente a mi, una planta mustia pide a gritos un poco de agua. Los minutos son interminables, miro mis manos, ¿cuántas caricias habré dado con ellas?, intento entretenerme en contarlas, pero desecho la idea, demasiadas para recordar. Aquellos años pasaron y no siento nostalgia, sonrío pensando en cuánto corazón roto dejé en el camino y en cuántas veces me lo rompieron, ahora, a la vuelta, parece juego de niños, tantas lágrimas inútiles, tantos encuentros y tantas desilusiones....
Sigo esperando, sola, en ésta sala enorme, blanquísima que me daña la vista, mejor dormito, de ese modo, pasará el tiempo rápido y puedo seguir rebuscando en mi cajón de recuerdos... Siguiendo el hilo anterior, no sé si amé alguna vez, o solo a ratos, intensamente, pero no supe ser constante. ¿Qué habrá sido de ellos?, ahora si, ¿a cuántos amé?. No, no tengo ganas de ponerme a revivir batallitas.
En realidad, me gustaría que alguien me diese una explicación coherente del porqué estoy aquí. No me acuerdo cuando ni cómo llegué, me comienzo a incomodar, tal vez debiera preguntar pero todo está vacío. Lo mejor será que marche a casa....aunque....es extraño..., mi cuerpo no responde, ¡qué absurdo!, lo intento angustiada pero ahí está, inerte. Me invade una creciente preocupación, no puede ser....aun no debe ser. No estoy preparada para éste momento y me niego a partir con la única compañía de una planta marchita.
Escucho un sonido y alguien que me dice: “Amor, ¿has descansado?”, atónita despierto de un sobresalto y respondo aliviada: “si, casi eternamente”.
Solo hace falta una Palabra y mi cuerpo se estremece, despierta a Sus deseos,
Desde el primer instante supo que se hallaba muy dentro revolviendo su cuerpo con miles de intensas sensaciones. Fue creciendo en su vientre, aprendiendo ambas. La alimentó de llanto y ternura, de inexperiencia y secretos. La construyó tejiendo ilusiones, la talló en el silencio de la noche imaginando un futuro lejano, incierto...
Cuando de pronto a medianoche, se oiga
Adoro mi desnudez, rozar levemente con la yema de los dedos cada centímetro de piel, sin detenerme…sin prisas, regalándome sensaciones infinitas, provocando que mi pulso se acelere, que juegue con mis sentidos, que de mis labios se escurran acompasados gemidos y el placer se instale en mi ser, que se abra complaciente y me posea, sin conceder tregua ni reposo.
Ojalá contemples esa escena, repetida muchas veces en tu ausencia, que tus ojos sean mi invisible espejo, tu sonrisa generosa, mi aliento…
No me cubras de silencio.
Debería darte las gracias,
Seguiré bajando los peldaños