Un gran día

Como todos los días, desperté en mi cama, pero sin saber dónde estaba Un ácido sabor en la boca me recordaba que hoy sería de resaca. Las sábanas revueltas que casi me estrangulaban y el paquete de tabaco empapado, daban cuenta de mi extraña velada. La luz entraba lenta entre las rendijas de la persiana. De un salto, me despegué de la morriña pues mi lengua de estropajo necesitaba con urgencia algún líquido y mi vejiga apretaba con una furia inusitada. Intenté correr pero mis piernas se enredaron con torpeza y como un árbol talado cai propinándome un memorable porrazo. Pensé divertida mientras me estampaba contra el suelo que efectivamente, sería un gran día.

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