Cuando cae la tarde

junio 04, 2009 minerva 4 Comments

Me rozas...
tu aliento sobre mi piel
tu boca que me reclama
con hambre de tiempo.
Despierta mi sangre
esperando tu señal.
Un dedo se desliza
por la línea de mi espalda
descubre la excitación
que inunda mi cuerpo
derramando humedad,
golpeando placer...
Pronuncias mi nombre
y en ese instante,
respira el silencio
pudor olvidado
gimiendo muy lento.

4 Miradas al Sur:

Anónimo dijo...

Bueno........
Me gusto mucho (para variar), suena como el principio de algo muy prometedor, ya se cae la baba solo de pensarlo, jajaajajajajjja

Una de cal y otra de arena, una sexy y otra triste, así se compensa, ambas deliciosas.

Un beso.

Yo mismo, el del hambre de tiempo, y mucho.....

Anónimo dijo...

¿Es preciso que diga que me encanta?

Tu presencia y sensaciones son el nectar que da vida.

Como siempre, un placer, EL placer.

Azriel

minerva dijo...

Gracias caballero, es muy difícil mantener siempre el corazón en un "encefaloplano estable", es también muy aburrido, quedarían maniatados los sentimientos.

Un beso.

minerva dijo...

Azriel, ya sabe cuánto me cuesta expresar algunas sensaciones, que, aún siendo anónimas, son mias, algo que parece incongruente pero no lo es.

Siempre agradezco su visita Señor.

Un beso.