Noches de agua salada

junio 05, 2009 minerva 6 Comments

En la inmensidad azul, la sirena quedó prisionera.

El había dejado una estela de luces,

ella la miraba, no había norte ni sur.

Ya no.

El cielo y el mar se amaban girando.

Abrigo oscuro y denso habitado por brillos fugaces.

Acunada en el calor de la tela infinita y nudos de plata líquida.

Agua en los ojos, mar en los ojos, sal en los ojos.

El cabello negro enredado entre las olas y sus brazos

rodeando la roca que la mantenía en la superficie sin apenas esfuerzo.

Contemplaba la esencia de su paso ya extinto.

Sonrisa de cascabel.

La sentía en su vientre… moviéndose aún,

como recién fecundado su útero por millones de peces de plata…

El caminó con paso lento mientras marchaba.

Se giró un momento y la guardó en sus ojos.

Ella cerró los suyos para atraparlo en su mente.

Aflojó sus manos, destensó su cuerpo y comenzó a hundirse.

El mar la envolvía y el silencio acariciaba su rostro durante el descenso

en honor a una verdad cumplida.

Se abandonó en las aguas y decidió dormir, descansar…

Y así, durante toda una noche se olvidó del mundo,

sobre un lecho de algas.

Bajó una pequeña estrella desde la otra orilla y

prometió coserle de nuevo su corazón roto

con aguja de esperanza, con hilo de fantasía.

6 Miradas al Sur:

kaya dijo...

Simplemente precioso ;)
Besis
kaya

minerva dijo...

Gracias cariño, que me alegra saber de ti!!!!. Aunque se que estás fenomenal, a veces, hasta te echo de menos ;))).

Muchos besos.

Anónimo dijo...

solo puedo decir, gracias fea.

Pero recuerda a la sirena salir de nuevo fuera del agua a respirar

mis besos, para tí,

Azriel

Anónimo dijo...

Vaya, que decir, creo que me lo pensaré unas semanas, me quede impresionado.

Otro desencuentro, mi sirenita.

Un gran beso.

Yo mismo, a orillas del mar.

minerva dijo...

Se lo diré cuando la vea Azriel, se lo aseguro ;)).

Besos.

minerva dijo...

No se trata de un desencuentro, son solo realidades que se viven y se guardan, como secretos.

Un beso.