Brillantes, sencillas, tiernasque humillan, asombran, recuerdan,
humildes, sensatas, gastadas
que engrandecen, castigan, desatan.
Pueriles unas, otras que se atraviesan
como invisibles espadas.
Las hay sin color ni sabor
esas…mejor olvidarlas
y las que inundan de calma
y las que se guardan prestadas
las que cuentan los libros
también las que la imaginación regala.
Calculadas, armónicas, precisas
que atormentan, acarician, relajan
añejas, cadenciosas, místicas
y aquellas que cabalgan alocadas.
Incluso hay quien dice,
que las hay sinceras y bien intencionadas.
Y como estelas de llanto,
cruzan dañando, sufriendo
malditas y atravesadas
o, tal vez,
haciendo dichosos,
envidiables poseedores
de tan delicadas palabras.
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