Se dice que entre el blanco y el negro existe una extensa gama de colores…Yo no estoy de acuerdo, siempre he pensado que las actitudes y sus consecuencias, las explicaciones y sus derivados no tienen mas que dos caminos y que todo lo demás es adornarlos con el fin de ser políticamente correctos, de comportarnos como se espera de nosotros, blandos y comedidos.
La educación se confunde en muchas ocasiones con la falta de sinceridad, con la mentira piadosa, con el miedo a lastimar. No está bien visto ser descarnados y nos dejamos llevar porque es lo cómodo, lo que no implica razonamiento y, por tanto, lo que no nos hace pensar.
Pondré un ejemplo si se quiere muy simple. Vamos de tiendas con el/ella, en un escaparate hay un sayón espantoso pero por el que dicha persona se siente atraído, entra y se lo prueba, el/la dependiente le dice con un entusiasmo rayando en el éxtasis que le queda estupendamente y tu, no sabiendo si se trata de una broma, lo miras estupefacta, incrédula a sus palabras. En ese momento el/ella te pregunta, “¿qué tal me queda?”, sería sencillo lanzar una somera sonrisa como toda respuesta y acabar el trámite pero no, tu con voz clara le dices que parece un fantoche. El/la dependiente te clava la mirada primero para fulminarte y segundo para intentar comprobar que tus palabras han salido de tu garganta, y acto seguido esos mismos ojos te rebelan su pensamiento, te considera grosera, prepotente….
Como dije antes, es un ejemplo sin mayor pretensión, luego podemos seguir subiendo peldaños hasta llegar a símiles que involucran a la razón o al corazón, asuntos mas peliagudos sin duda.
Por ello creo que no pueden existir rutas alternativas que maquillen la realidad, los hechos con los que vamos marcando nuestra vida no tienen vueltas, no se deben rodear de caridad mal entendida, no me vale que por no dañar, hagamos rodar una bola de falsedad, o, en todo caso, será que no me gustan los grises ni sus matices….
No hay comentarios:
Publicar un comentario