jueves, 27 de noviembre de 2008

No te atrevas a ordenar que te ame,
no me pidas que te mire o sonría
no serán mis silencios tu almohada.
No busques mi consuelo, mis palabras,
no atosigues mi alma de pesares
no emborrones mi cara de lágrimas.
No pretendas encadenarme a tu vida,
no susurres veneno mezquino
no intentes controlar los hilos de mi vida.
No me convenzas con tus poses de mártir,
no me sigas, no me nombres,
Apréndelo por y para siempre:
No soy tuya.

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