Corazones de piedra, escudados en antiguas religiones, ajenas al dolor humano, almas de piedra, amasando fortunas con la miseria ajena, cuando la piedra se troque el polvo y el poder en olvido, ¿por qué iba a lloraros?.
La piedra que contiene las ansias de libertad del río, la piedra que castiga los pies de los que tienen nada, la piedra que cubre el suelo inerte e impide la vida, se recrea en su poder egoísta pero como todo sucumbirá también al tiempo inexorable.
Piedras, armas arrojadizas, que sepultan almas, que cubren tumbas, que bloquean caminos, con el desgaste de su propia maldad se convierten poco a poco en polvo arrastrado por el viento, pero aún así forman desiertos, áridos y muertos, porque el mal no se puede matar, solo combatir quizá eternamente.
La piedra que contiene las ansias de libertad del río, la piedra que castiga los pies de los que tienen nada, la piedra que cubre el suelo inerte e impide la vida, se recrea en su poder egoísta pero como todo sucumbirá también al tiempo inexorable.
Piedras, armas arrojadizas, que sepultan almas, que cubren tumbas, que bloquean caminos, con el desgaste de su propia maldad se convierten poco a poco en polvo arrastrado por el viento, pero aún así forman desiertos, áridos y muertos, porque el mal no se puede matar, solo combatir quizá eternamente.
4 comentarios:
que palabras mas bonitas, encima hoy que estoy bastante tocá, me llenan auún mas. un beso enorme
La piedra es la criatura
perfecta
igual a sí misma
vigilante de sus fronteras
exactamente repleta
de pétreo sentido
con un aroma que a nada recuerda
a nadie espanta no despierta codicia
su ardor y frío
son justos y están llenos de dignidad
siento su duro reproche
cuando la apreso en mi mano
y su noble cuerpo
absorbe el falso calor
-Las piedras no se dejan domesticar
hasta el final nos mirarán
con su mirada tranquila clarísima
1961
Zbigniew Herbert
saludos y abrazos sirenita
Jose
"Una piedra en qué sentarme
¿no habrá ahora para mí?
Aún aquella piedra en que tropieza la mujer que ha dado a luz,
la madre del cordero, la causa, la raíz,
¿ésa no habrá ahora para mí?
¡Siquiera aquella otra,
que ha pasado agachándose por mi alma!
Siquiera
la calcárida o la mala (humilde océano)
o la que ya no sirve ni para ser tirada contra el hombre
¡ésa dádmela ahora para mí!
Siquiera la que hallaren atravesada y sola en un insulto,
¡ésa dádmela ahora para mí!
Siquiera la torcida y coronada, en que resuena
solamente una vez el andar de las rectas conciencias,
o, al menos, esa otra, que arrojada en digna curva,
va a caer por sí misma,
en profesión de entraña verdadera,
¡ésa dádmela ahora para mí!" C. Vallejo.
Ana adoro tu espejismoooo!!!
Es cierto maiKO{RJ}, son unas bellas palabras, me alegra mucho que te hayan llegado.
Un beso cálido.
Gracias Jose, es un hermoso poema, no lo conocía. Gracias y muchos besos.
El Drac, gracias por enseñarme ese poema, es muy bonito y gracias por adorar mi espejismo jajajajjaaja.
Besos.
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