domingo, 3 de enero de 2010

Tu indecencia

Sé indecente.
Por una vez, sé indecente
y no te detengas en los recodos de mi cuerpo,
en los pliegues tibios de mi sexo,
en el cáliz abierto que te ofrece un tul húmedo.
Sé indecente y no me mires,
no te recrees en ese lunar casi oculto,
no compares mis axilas con rosas fragantes,
ni vuelvas a pasar la lengua por mis pies,
como haces siempre, esclavo de mí.
Sé indecente.
Por una vez, sé indecente
y no me digas una y mil veces que me deseas,
ni alimentes mis fantasías más oscuras,
ni acaricies con fervor mi piel canela.
Sé indecente,
ahora, después, y en la mañana,
y que tu indiferencia me sepa a amargura;
que por una vez pruebe tu desdén,
que tus querencias no nublen mi vivir,
y que tus manos no acompañen a éstas que muestro
cuando, en el silencio de la madrugada,
tu cuerpo de amante se apodere del mío y de mi alma.

Belén Peralta

6 comentarios:

El Drac dijo...

Es increíble como en el amor más puro se desea inclemencia, en la cara más linda, palabras gruesas, obscenas amor sublime excediendo los límites, degradación. Muy bueno tu poema. Un abrazo.

mey dijo...

hermoso y si la indecencia es algo q pocos podemos vivir

minerva dijo...

Gracias por sus palabras El Drac aunque el poema no es mío, me gustó mucho y por eso lo incluí en mi rincón.

Un saludo.

Muy pocos mey pero cuando se vive.....

Besos y bienvenida a mis aguas.

Anónimo dijo...

Indecente, perverso, como animal sacando sus más bajos instintos de posesión y mucho más...
saludos y besos sirena
Jose

minerva dijo...

Besos caballero, la perversión es tan sumamente excitante cuando se sabe dosificar...

Mr.D, simpático su "icono".

Un saludo.

Darío dijo...

Brutal. Este es fascinante.