
Así que he decidido
sin tregua ni demora
arrancarte el alma,
morder despacio
tus entrañas,
en bocados diminutos,
sedientos de arrebato
que alienten mi sonrisa
y la vistan con tu sabor,
intenso, agitado.
Aguardarás sin queja,
complacido
entonces….tal vez,
estaremos en paz,
al menos,
lo que dure la dulzura
de tu agonía.



