
miércoles, 28 de julio de 2010
jueves, 22 de julio de 2010
Derramando tempestades
En gotas de calida luz derramas tu esencia,reflejos dorados asoman impregnando mi piel
que sedienta se abandona al olvido de sus miedos
y se deja sumergir en tu líquido de fuego.
En cascada de vivas estrellas purificas mi cuerpo,
adornas con tu néctar el brillo que fluye ardiente
quemando con su humedad cada lunar descubierto
símbolo de tu conquista sobre los muros del celo.
Sabor a lágrimas, a orilla de mar, salado horizonte
que intenso inunda desbordándome con su esencia,
envuelve cortando amarras a los silencios cómplices
y bautiza mis emociones sellando un nudo eterno.
martes, 20 de julio de 2010
Piel contando su historia
Cuando tu piel no se deja engañar,tentación, salto mortal, pecado evidente,
un aliento la eriza, la despierta.
Roces prohibidos recorren tu nuca
dedos que trazan el mapa de tu cuerpo,
exploran cadenciosos, en húmedos recuerdos
en trampas de locura, rebasados argumentos.
Ella absorbe sin mesura cada envite,
penetrando aromas, rasgando cavidades,
caricias como oleajes inundan tu vientre
irrumpen abriendo sus poros,
se despereza excitada gimiendo muy quedo,
e inmensa, plena de gozo,
olvida la culpa de ser solo piel, solo deseo
retorcido, hierro candente, fuego.
viernes, 16 de julio de 2010
Lluvia de madrugada
La habitación no estaba preparada, excusas formales del recepcionista, apuros y algo de nervios…Sonrojos por mi parte, silencio amable por la Suya…
En un pequeño zaguán de enormes cristaleras propuso que esperáramos. Estábamos solos…enganchó mi cintura y mordió mis labios con la naturalidad de quien sabe que posee el control de la escena. Sonrió con un brillo perverso mientras Su mano iba explorando bajo mi falda, entrando fácilmente por mi tanga, buceando en los pliegues de mis labios, saboreando la creciente humedad que desprendía, volviendo a mi boca para acallar los ecos del deseo que luchaban por desbocarse….
Aspiré fuertemente el aire cuando un dolor agudo se concentró en mi pezón derecho, no supe en qué momento Sus dedos lo habían atrapado pero si que apreté los dientes para sofocar un grito ahogado…nos miramos, un instante, cruzando una única idea mientras El seguía hurgando complacido y yo me entregaba…
…Alguien carraspeó a nuestra espalda,- Disculpe Señor, ya está arreglada -…no puedo calcular cuánto tiempo habría pasado observándonos…, una sensación de vértigo me invadió, el rubor me cubrió por completo y mi cuerpo temblaba…El no se inmutó, es mas, diría que estaba sereno y divertido…bajé la mirada y lo seguí...
Entré en Su mundo y El, en el mío…
miércoles, 14 de julio de 2010
martes, 13 de julio de 2010
Sabores que son presente
Teníamos hambre,
de esa que cuando estalla hipnotiza con su encanto lengua, saliva y lágrimas,
de la que lucha contenida hasta cansarse y escapa silenciosa en las miradas perdidas buscando un cómplice.
Teníamos hambre,
desnudaste mi vergüenza ocultando lo que la noche enmudece y el silencio reclama,
en sortilegios mezclados con los olores del alma
mojaste mi pulso al igual que mis entrañas.
Teníamos hambre sencilla,
hambre de tiempo,
hambre de palabras
aguardamos con prudencia a que ellas nos calmaran, surgiendo como burbujas llenas de sombras, envueltas en la madrugada.
Pero fueron los besos, caricias que sucumbieron al desconcierto, los que rompieron una tregua que la razón no descarta.
Y saciamos nuestras ganas,
arrinconamos ausencias y entregamos una dulce serenata que envolvió el aire de gemidos, susurros y respiración entrecortada.
Teníamos hambre
reclamé a tus deseos
y fue un mordisco de vida el que dejaste marcando mi espalda.
de esa que cuando estalla hipnotiza con su encanto lengua, saliva y lágrimas,
de la que lucha contenida hasta cansarse y escapa silenciosa en las miradas perdidas buscando un cómplice.
Teníamos hambre,
desnudaste mi vergüenza ocultando lo que la noche enmudece y el silencio reclama,
en sortilegios mezclados con los olores del alma
mojaste mi pulso al igual que mis entrañas.
Teníamos hambre sencilla,
hambre de tiempo,
hambre de palabras
aguardamos con prudencia a que ellas nos calmaran, surgiendo como burbujas llenas de sombras, envueltas en la madrugada.
Pero fueron los besos, caricias que sucumbieron al desconcierto, los que rompieron una tregua que la razón no descarta.
Y saciamos nuestras ganas,
arrinconamos ausencias y entregamos una dulce serenata que envolvió el aire de gemidos, susurros y respiración entrecortada.
Teníamos hambre
reclamé a tus deseos
y fue un mordisco de vida el que dejaste marcando mi espalda.
jueves, 8 de julio de 2010
Los días que faltaban sonrisas
“Sonríe”, dijiste, y lo intenté, pese a desear desterrarte en lo mas profundo del pozo al que me llevan tus ausencias.Lo intenté…y se desató la tormenta. Un rayo aterrizó frente a mi cama llenando el aire de lamentos, horas frías y desnutridas que saltaban por los rincones temiendo ser arrastradas, mojarse con la lluvia, destintarse con el barro o no ser mas que pedazos grises de cielo.
Lo intenté…pese a saber que una mueca sin vida surcaría mi rostro y una madeja enredada cubriría mi alma. Gotas sucias golpeaban los cristales invadiendo con destreza el cajón de los reproches, ese que un día olvidé cerrar con llave.
“Sonríe”, repetiste. Nunca supe andar por los tejados sin olvidar el vértigo de sentir el vacío…lo intenté pero tus brazos no estaban para sujetar mi caída. Descubrí que es insensato el confiar, que las palabras no bastan para crear y que cuando pisas la hierba, no miras jamás atrás.
martes, 6 de julio de 2010
Presencias, ausencias
Extraño mi desnudez, rozar levemente con la yema de los dedos cada centímetro de piel, sin detenerme…sin prisas, regalando sensaciones infinitas, provocando que mi pulso se acelere, que juegue caprichoso con mis sentidos, que de mis labios se escurran acompasados gemidos y el placer se instale en mi ser, que se funda complaciente y me posea, abriendo mis muslos, arrancando mi vergüenza, sin conceder tregua ni reposo.
Ojala contemples esa escena, repetida muchas veces en tu ausencia, que tus ojos sean mi invisible espejo, tu sonrisa generosa, mi aliento…
Ojala cubras de silencio mis suspiros…y me invadas conquistando desde dentro.
Ojala contemples esa escena, repetida muchas veces en tu ausencia, que tus ojos sean mi invisible espejo, tu sonrisa generosa, mi aliento…
Ojala cubras de silencio mis suspiros…y me invadas conquistando desde dentro.
domingo, 4 de julio de 2010
El desierto tiene alma...por Dagón
Cae la noche en el desierto, y las luces se arrastran haciendo de las sombras largas almas que se evaporan. Ese frío que en mí se aguijonea, me hace estremecer. Ni el fuego de la hoguera me da calor para mi soledad. Y entre las sombras que ahora se adueñan de la vida, una estrella vibra entre todas. Oigo rumores desde el cielo, es la voz del amanecer que aún todavía por nacer, retumba en mi interior congelado. Ya me dejo llevar por la dejadez, por la insoportable angustia de la soledad. Pero la luz, el susurro que se acerca hace que mi corazón sea llama que se aviva.
Cae la noche en el desierto, y siento tus labios invisibles recorren mi cuerpo. Cómo siroco que abrasa, ampollas estallan en la noche. Las chispas que crepitan, que vuelan cómo luciérnagas suicidas, no son de las brasas. Son mis deseos que ven cómo son arropados en una pasión donada. Das, recibo, te entregas toda, y yo cómo señor de la nada, ahora sé que soy dueño de un momento. Se abre la luz de tu alma oscura, y en la noche de los sueños, nos convertimos en estallidos de planetas y galaxias ardiendo. Somos Vía Láctea, somos rumores del espacio eterno, somos dos entes que del fuego se hacen bellos, que de la vida hacen su sello, que de la magia beben para seguir viviendo.
Ahora te veo, entre mis manos que cuerdas son que aprietan tu talle de cuero adornado, y que hacen que tu pecho sea Everest escalado por mis besos. Y el frío que antaño fue mi sendero, ahora es agua que del manantial de cerros y valles anegan la arena de ese desierto. Ya no habrá más pasos solitarios, ya no habrá más noches de tiesas sabanas sin ser nudos de sudor y carmín que impregnen sus hilos de deseo. Y cerrando los ojos ante tus dos fuegos, podré decir sin temor, que ya no estaré solo.
Cae la noche en el desierto, y dormiremos debajo de un manta de realidades y sueños.
Gracias Dagón por dejar ésta hermosa historia en mi orilla.
viernes, 2 de julio de 2010
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