miércoles, 30 de junio de 2010

Un café con Vos

El aroma a café impregnaba la habitación, por el aire se escondía el rubor y la vergüenza de una cita largamente deseada y conversada. Aún estando preparada, ella sentía flaquear sus fuerzas, temblaba respirando con rapidez y sus manos eran racimos de nervios impacientes.

Era el día, estaba frente a esa puerta tratando de escuchar algún sonido que aliviara sus temores pero todo era silencio. Miró su reloj, a la hora indicada, golpeó suavemente…

El servicio de aquel hotel era excelente, tal y como El había solicitado, ahí estaba esa humeante cafetera con dos tazas, un pequeño cuenco metálico y una botella de coñac, con su copa de balón. Unos bombones de menta y chocolate coronaban el pedido.

…Su sonrisa la calmó, Su mano tendida le brindó el sosiego necesario para entrar sin titubeos y Su voz…le recordó que la humedad concentrada en su tanga no era imaginaria. Intentó disimular ese pensamiento esquivando Su mirada pero El se acercó y deslizó Sus dedos hábilmente atrapando su sexo, caliente y mojado, con el que jugó unos minutos que a ella se le antojaron interminables. Un repentino pellizco en el clítoris, intenso, doloroso, la sacó de sus gemidos provocando un grito mudo, suplicante. “Desnúdate”, dijo El, “y sírveme café”.

Puso la bandeja sobre una mesa cerca de donde El estaba sentado, se arrodilló alzando el cuello para recibir su collar al que seguía una larga cadena, Le sirvió una taza y postrada como estaba a Sus pies, se la ofreció…
El bebió un largo trago saboreando su esencia. Agarrando el cuenco, vertió hasta llenarlo. “Puedes lamer, puedes meter tu hocico de perra y disfrutarlo, yo lo haré de ti”. Empezó tímidamente dando pequeños sorbos hasta olvidar su condición y concentrarse en no derramar el líquido en la moqueta…mientras, El, con la fusta, se entretenía en azotar sus nalgas, sus muslos, su espalda, en pequeños y certeros toques que iban coloreando la piel en bellos tonos rosados.

El olor a hembra y a café eran uno al caer la tarde, las sensaciones revueltas como sábanas, las miradas en continua excitación, la sal del sudor marcando el ritmo, el dolor recibido con pasión...lascivia volcada en palabras y un futuro…pleno y gozoso, que les dedicaba un guiño cómplice…

martes, 29 de junio de 2010

lunes, 28 de junio de 2010

Esencia profunda

Instantes de luz
que me ciegan traspasando
mi epicentro
que delira y se estremece
cuando ahondas por sus pliegues
y penetras cavidades
y descubres los gemidos
que se ahogan en embestidas
sedientas.
Tu sexo, cadencia de latidos,
convulsiona acoplando sus impulsos
que se clavan en mis entrañas
y estallan hambrientas
arden, sudan, provocan.
Se amarran los muslos, frenéticos.
Se abrazan los cuerpos, rendidos.

Absorbes mi vida…intensamente.

jueves, 24 de junio de 2010

Ni fuego ni deseos

Hoy no será el día en el que lloren las palabras
ni se amontonen deseos que agonizan en silencio.
No escribiré el nombre que maldigo cada noche
ni al fuego de una hoguera romperé su maleficio.

Hoy no habrá magia que haga temblar mi alma
ni volverá la ausencia a ser testigo de mi dolor.
No quiero escuchar promesas como noches cerradas
ni rumores que asemejen latidos de corazón.

Hoy no iré al infierno en busca de tus besos
ni arrastraré mi cuerpo donde la luna duerme.
No hilaré tu historia invisible en un lamento
ni emergeré para convertirme en ráfaga de deseo.

Hoy no será mas.

domingo, 20 de junio de 2010

Serenata

Decidió las sedas que Su esclava llevaría esa noche, sin brillos y de un tono violáceo, transparentes, que marcaran su cuerpo dejando entrever unos pezones erectos, una fina cintura adornada por Su marca, unos muslos carnosos y un sexo, expectante y húmedo. Sería un bello contraste entre el fuego de las velas y la armonía de una pieza de Shubert que ya comenzaba a sonar…

Eligió los detalles con meticulosa perfección, ella serviría la mesa y cada uno de Sus deseos en el acto, El la observaría complacido cerrando los ojos para empaparse de esos momentos…

Apareció entre las sombras, descalza y hermosa, con una bandeja en sus manos y, sobre ésta, un collar sencillo y una larga cadena de eslabones pequeños. Sin necesidad de palabras, entrelazando miradas, se arrodilló ante El, dulcemente levantó los brazos y ofreció su ser, su vida y su alma para Su goce, para siempre…

miércoles, 16 de junio de 2010

Volviendo al origen

Tu voz navega como caricia,
envuelve mi pulso,
enreda mi calma,
roza bailando sobre mi vientre.
Y si me dices “vibra”,
el eco llevará mi doblegado
susurro
en espasmos de aire,
vértigo empapado,
calando en gotas evocadoras.
Y si me dices “gime”,
reclamaré el equilibrio perdido
palpitando nerviosos
mis húmedos labios.
Y si tu sangre me dice “mía”,
me romperé en locura
de jugos de sal, de azúcar,
ansiosa de deshacerme,
desgajada entre tus dedos.

martes, 15 de junio de 2010

Gracias a las Sensaciones

Hay blogs por los que detengo mi paso disfrutando de sus letras como quien toma un café, paladeando su esencia, admirando su delicadeza o simplemente, dejándome llevar por los sentimientos que fluyen y que empapan mis sentidos.

Suelo esperar con impaciencia cada entrada, a veces comento rápidamente, otras prefiero asentar lo que me provocan para concentrar mi respuesta pero siempre las hago un poquitín mías, me nutro de ellas, me enriquecen.

Extraño a algunos que dejaron de perfumar el aire con sus caricias, en cambio otros han vuelto para mi satisfacción, como Oberon que desprende magia y sensualidad en cada verso que sale de sus dedos y que, para colmo, ha premiado mi rincón con un bonito regalo.

Gracias, muchas gracias caballero por tener tan hermoso detalle pero, sobre todo, por regalarnos en cada escrito una parte de si mismo.

Un beso.

lunes, 14 de junio de 2010

Cuando los sueños no son ....

Anoche soñé con el. Descansaba sobre una roca mientras el viento aullaba furioso y la luna se desnudaba blanca e inmaculada en su presencia.

Un manto de deseo ciñó su espalda, se estremeció desperezando sus manos en busca de la sombra que apareció a su lado, que movía sus caderas descarada y entornaba los ojos obscenamente. Fundidos entre besos, enroscados entre brumas, enlazados entre embestidas de aliento, mi mente luchaba por desterrar los celos, la sangre se agolpaba en mis sienes y mi voz ahogada, se quedaba sedienta.

Cuando marcharon abrazados, la soledad envolvió de oscuridad mi calma y me enrosqué donde antes anidó la tibieza de su cuerpo, buscando su sabor, olfateando su huella.

Desperté en ese instante y, el, ya no estaba.

sábado, 12 de junio de 2010

jueves, 10 de junio de 2010

...y detrás de el, siento cerrarse los días del tiempo...(2ª parte)

A la hora en punto, la puerta se abrió. No miró, la postura no se lo permitía aunque tampoco le hacía falta, sabía que El había regresado.
Escuchó cómo avanzaba por la sala hasta ver sus zapatos y de inmediato una pregunta mientras recibía una breve caricia en su lomo, “¿Se ha portado bien?” y una respuesta “No ha estado mal aunque demasiado verde…habría que pulirla mucho, no sé si merece la pena…”. Un tenso silencio cortó el aire, El se agachó y le susurró al oído…”¿Has sido una buena perra?”. Ni respiró al sentir su cercanía, de todos modos, no hubiera sabido que responder. “No contesta tu boca pero si tu cuerpo, ¿No sabes contener tus flujos?” le dijo mientras palpaba la creciente humedad que brotaba escurriendo por sus muslos.
Pese a estar cansada, dolorida y violentada por aquella mujer que la usó a placer sin admitir una queja, su piel se puso en guardia cuando fue la mano de El quien tomó el relevo. Temblaba, gotas de sudor recorrían sus rincones sin reparo y ya hacía rato que la vergüenza se había convertido en una anécdota. “Puedes irte”, dijo a la dama cuyos tacones volvían a reinar por toda la estancia, “hablaremos en otro momento”.
Al quedar solos, El se acercó y acariciando su cabeza compensó la espera, “Tranquila, relájate”, le dijo, su voz sonaba cálida y segura. “Es hora de cenar” anunció a la vez que tendía Su mano para ponerla de pie y cubrirle los ojos con una venda negra que resultaba cegadora…
La condujo hacia otro lugar, el suelo estaba fresco y sus pisadas eran algo inseguras. Por su cabeza las ideas bullían como relámpagos, sintió un leve desmayo provocado por la ansiedad e intentó calmar su respiración. El la ayudó a introducirse en algo que notó gelatinoso, pegajoso, frío…le hubiera gustado desaparecer al sentir como ventosas se pegaban a sus piernas, brazos, cintura... La tumbó, “No te muevas, no pasará nada”…Aquellas formas viscosas se movían lentas, no era capaz de calcular cuántas habría. “Abre las piernas despacio, acaricia tu clítoris, ofrécete como la perra que eres”. Obedeció y apartando esas “cosas”, se fue rozando hasta crecer la intensidad y notar su celo caer mezclado entre esas babas a las que había logrado acostumbrarse.
De pronto, algo estaba introduciéndose por sus labios…. Con la misma mano que se procuraba placer intentó apartarlo pero Sus palabras la persuadieron, “Ni se te ocurra, déjalo y sigue frotándote o…¿no quieres correrte para mi?”. Olvidó todo lo demás, dejó que entrase en ella mientras disfrutaba gimiendo para Su placer, retorciendo, pellizcando y saboreando el momento de suplicar volcar sus jugos de puta agradecida.

Un instante, un grito ahogado, Su mano dejando caer la venda, Sus dedos sacando ese bicho de su coño, la bañera inundada de pequeños pulpos rosados…, una perversa sonrisa en Su rostro… ”los comerás así, en tu jugo, luego lávate y ven al salón, aún tienes que darme mucho uso, buen provecho”.

martes, 8 de junio de 2010

Amantes: El amor primero.

Nuestros cuerpos temblaban


y la vergüenza nos invadía,

cuando decidimos traspasar el umbral.

Intentamos jugar a ser adultos...

...sin serlo.


El amor se burló de nosotros,

no conocíamos las reglas del juego,

y perdimos la primera batalla.

lunes, 7 de junio de 2010

Indiferencia

La indiferencia es un estado que puede llegar a ser placentero o muy incómodo dependiendo de la situación en la que cada uno se encuentre.
La mía la calificaría de extremadamente incómoda puesto que no se debe a que haya deseado encontrarme así, es mas bien “provocada” por otras circunstancias.

Desde que fui consciente y comencé a indagar en el mundo de la D/s, he estado segura de que podía llegar a ofrecer mucho, que estaba preparada para aprender y asimilar cuanto de bueno y bello se me enseñara y que tenía cualidades para hacer enorgullecer a aquel Dominante con el cual iniciara el camino. Puede parecer que carezco de humildad al expresarme en estos términos, no es así, en absoluto.

He intentado que en mi prime la ilusión y el esfuerzo, el reto diario, la superación, las ganas. He dejado lágrimas y muchas sonrisas por el camino, me he esforzado en que la apatía jamás se instalara en mi interior y he esperado, esa bendita palabra que en mi carecía de sentido, ha cobrado una dimensión tremenda. Solo he pedido seguridad.

Sé cual ha sido mi error, la prudencia mal entendida, el pensar que el tiempo aclararía los puntos oscuros y yo que me jactaba de pregonar que lo importante era el hablar hasta la saciedad, me callé no sé qué día y no volví a preguntar, entendí que no había caso.
Todo ello hace que cargue con una serie de culpas, dudas y preguntas que se convierten en piedras tan pesadas que la única fórmula que acepta mi razón es la indiferencia.

Y, de repente, te das cuenta que cuanto pienses da exactamente igual, que carece de importancia y que, mas temprano que tarde, el viento te arrastrará como a una hoja. O tal vez no soy tan maravillosa como creía y debo replantearme muchas cosas. Todo es posible.

miércoles, 2 de junio de 2010

Lentamente...

Piso la huella que dejaste tras tu marcha,
difuminada y confusa,
se diluye entre las horas y un adiós
sin despedida, sin esperanza de nuevas lunas.

Entre el eco vacío de tus pasos,
no distingo si existieron o fue un sueño,
si eres ilusión de madrugada,
niebla que abandona mi cama deshecha y fría.

Creció la ausencia salvaje y temida.
Enmudecieron las húmedas caricias.
Surgieron los reproches.
Se acuchillaron las miradas.