
Reclamas mi cuerpo en ti,
en las noches que susurran las paredes
pliego mis alas, las escondo en tus párpados,
marcando mi terreno, voraz, mi lengua asomo.
Derramo jugo de hembra sobre tus labios
sedientos, pétreos, resecos de fragancias,
e iluminas como luna entre las grietas
el placer que gotea de mis muslos expuestos.
Me balanceo ante tu vientre,
penetras preciso por las aristas de mi sexo
instalas tu dureza, palpitas, resbalas,
me abres, exprimes el aire quebrado de silencio.
Inclino mi boca que busca con ansia
prenderse escondida bajo tu piel húmeda
y guardar en mi garganta tu esencia,
hurgando entre el aroma de tus jugos salados.